Prueba Gremimotor: Mazda CX-3 2.0 150 CV AWD Automatico

El Mazda CX-3 es uno de los modelos más atractivos de su segmento, con un acabado interior magnífico, un look muy premium y un diseño muy estilizado.
Su diseño sigue la línea marcada por sus hermanos de gama, con un aspecto muy estilizado y alargado en el exterior, mientras que su interior está repleto de materiales de gran calidad con aspecto premium.
El motor probado es el más potente de la gama CX-3, un 2 litros con 150 CV gasolina, el coche responde con prontitud, asociado a un cambio automático de 6 relaciones de rápida respuesta y funcionamiento bastante suave, incluso pisándole a fondo.
El modo secuencial del cambio es preciso, a pesar de no ser un cambio de última generación con doble embrague, este cambio de convertidor de par cumple con velocidad y transiciones.
El modo sport que se activa con un pequeño botón al lado de la palanca de cambios, es una pasada, transforma el comportamiento del coche por completo: las marchas se alargan y la dirección es ligeramente más dura.
Las prestaciones son buenas, aunque transmite mayor deportividad de la que las frías cifras dirían, ya que coge 196 Km/h y pasa de 0 a 100 Km/h en 9,6 segundos.
En cuanto a comportamiento el Mazda CX-3 es deportivo, divertido y ágil.  En curvas apenas balancea y ofrece un paso por viraje muy rápido con unos límites de seguridad muy elevados.
En Autopista sorprende su superioridad respecto a sus competidores, ya que es estable, con una dirección sensacional y un silencio de rodadura sobérbio.
En ciudad su tamaño y su transmisión automática lo hacen perfecto para moverse sin estrés, además gracias a la cámara de visión trasera, estaciona en un visto y no visto.
Este Mazda CX-3 dispone de tracción total de tipo Haldex, algo que nos ayudará y mucho tanto dentro cómo fuera del asfalto. Normalmente envía toda la fuerza al eje delantero pero cuando este empieza a patinar, envía parte del par atrás. Nosotros lo probamos por caminos, dónde cumplió con nota, lo que nos limita en este terreno es la corta distancia con el suelo, ya que es fácil tocar con la panza.
Valoración Final Es un coche muy recomendable, a pesar del consumo, que es su único pero, el resto es excelente, bonito, divertido, rápido y ágil. Su tracción total y el cómodo cambio automático acaban de redondear un vehiculo muy a tener en cuenta. Los 26.000 euros que pide Mazda por él son un precio más que bueno por lo que nos llevamos a cambio.
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