El Skoda Scala es uno de los compactos más recomendables del mercado, pero la marca checa no consigue que se convierta en un superventas, a pesar de tener unos precios muy competitivos y una gama muy equilibrada.
La versión probada es sin dudarlo, la más exótica de la oferta del compacto checo, ya que solo Seat ofrece con su León, un híbrido de Gasolina y gas parecido, aunque más car
Denominado Skoda Scala G-TEC recurre a un propulsor 1.0 G-TEC totalmente adaptado de casa para utilizar gas natural con una potencia máxima de 90 CV.
Contamina hasta un 25% menos que un gasolina normal y su consumo en Gas es muy bajo, lo que sumado al precio del GNC (en tonor a 0,7 euros) lo hacen una opción muy a tener en cuenta, ya que también trae consigo la etiqueta medioambiental ECO.
La autonomía del Scala se sitúan en torno a los 600 kilómetros, algo más de 400 en Gas y otros 200 en gasolina, el consumo en GNC está por debajo de los 4 kilos, una cifra muy baja, la verdad, en gasolina nos movemos entre los 5 y 6 litros dependiendo del uso.
El Scala en ciudad es un vehículo ágil y suave, con una buena capacidad de ratoneo y sobretodo una gran maniobrabilidad a la hora de estacionar. En carretera tiene un buen equilibrio entre estabilidad y confor, ofrece un comportamiento sano y seguro. En autopista es un auténtico mechero, con consumos por debajo de los 4 kilos de gas a velocidades legales, el aplomo y estabilidad rozan a gran altura.
El interior del Skoda Scala destaca por su amplitud, algo que se percibe cuando el conductor se sienta la volante, pero también en las plazas traser. No hay otro coche con un maletero de esta capacidad, a lo que se añade un portón que permite una boca de carga ancha.
Valoración Final: Lo mejor sin duda es su precio, 13.800 euros, un auténtico chollo, ya que por el precio de un urbano no muy equipado nos llevamos un compacto con etiqueta ECO, buen rendimiento y bajo consumo, una compra redonda.
Oriol Sintas.
Prueba completa: ElMotor.net