En el Plà de Mobilitat Metropolità de Barcelona figura como medida el restringir la circulación de turismos con etiqueta de la DGT amarilla en los próximos años.
Esto ha supuesto un jarro de agua fria a sus propietarios. No es para menos. Hasta ahora, la afectación de las restricciones era para los vehículos de mucha antigüedad, pero en este caso no es así.
Concretamente, los turismos diésel con motores Euro 4 y Euro 5 se comercializaron nuevos durante los años 2006 a 2013. De llegar a consumarse la medida, la vida útil del vehículo quedaria por debajo de los 13,2 años de media de edad del parque de vehículos y esto tiene poco sentido.
La medida anunciada está muy lejos de ser una realidad ahora mismo. Antes se ha de trasladar a las ordenanzas municipales de cada población. Y un trámite como este se puede alargar cerca de un año.
Desde el Gremi del Motor se está siguiendo el caso, y recordamos que, por delante de todo, está el derecho de la persona que ha adquirido el vehículo para
disfrutarlo durante un período de tiempo suficiente. Después de la vivienda, la compra del coche es una de les operaciones de mayor coste para la ciudadania.
Esta problemática ha sido el tema principal que se ha abordado en la Comisión de Empresaris Multimarca Agremiats, que se ha hecho eco de las quejas que reciben de sus clientes y se sienten amenazdos y perjudicados por esta amenaza.
Durante este abril, será uno de los temas claves a tratar desde el Gremi del Motor.