El Skoda Octavia se ha renovado por completo y con este cambio también ha llegado una nueva mecánica de acceso, el motor 1.0 TSI de 110 CV que hoy pasa por nuestras manos.
Cómo os imaginaréis la primera duda que tenemos es si un motor de tres cilindros y un litro será adecuado para el grandullón del Octavia, consecuencia de la apuesta que tienen que hacer las marcas porqué las normativas anticontaminación obligan a rebajar la media de emisiones de sus propulsores, y estos motores prometen prestaciones decentes con un consumo homologado muy bajo, ahora os explicaremos si la teoría es correcta.
Este es el mismo motor que monta el nuevo Audi A3, un bloque de tres cilindros turbo que cubica 999 cm3 con una poténcia de 110 caballos asociado a un pequeño motor eléctrico del sistema de microhibridación (hasta 50 Nm) que ayuda a bajas revoluciones, entre 1000 y 2000 rpm y proporciona 200 Nm de par entre las 2.000 y las 3.500 rpm. Los fríos números nos recuerdan a los 1,6 atmosféricos de hace unos años y que, movían las berlinas con solvencia. En este caso las prestaciones son bastante mejores gracias a la acción de un turbocompresor, pasando de 0 a 100 km / h en 10,5 s y alcanzando una velocidad máxima de 208 km/h.
El problema de este motor no es si corre o no, que sencillamente corre bastante, el problema es que tiene una respuesta en bajos muy apagada y nosotros no hemos notado en ningún caso la acción de la hibridación, lo que obliga a usar marchas cortas, lo que a su tiempo nos sube el consumo hasta unos 7,6 litros en nuestro trayecto habitual, que es mucho consumo según nuestra opinión.
Este 1.0 TSI es un buen motor para viajar, gasta poco, sobre los 5,5 litros y apenas se oye ni vibra, en ciudad o en carreteras de montaña, se vuelve perezoso hasta que entra el turbo. Además el cambio automático DSG de 7 velocidades que tiende a llevar marchas largas hace que sea un coche torpe y falto de respuesta, y si usamos ponemos el cambio en Sport, va algo mejor, pero sube el consumo
El habitáculo del 'koda Octavia está bien acabado y con un diseño sobrio pero con amplio equipamiento y mayor habitabilidad que su predecesor, que ya es mucho.
La palanca del cambio funciona de manera electrónica, es decir, que no está mecánicamente unida a la transmisión, un detalle que no se percibe cuando la usas.
El maletero es gigante, tiene un volumen de 600 litros, cabe de todo, el acceso es cómodo y la boca de entrada amplia.
Valoración Final: No es un coche que enamore, pero que gracias a la micro hibridación tenemos la etiqueta ECO de la DGT, que nos ofrece varias ventajas fiscales y que por 25.000 nos llevamos un coche bien acabado, cómodo y suave, que nos llevará del punto A al punto B sin problemas ni estrecheces, perfecto para una familia que tenga un presupuesto ajustado. Es un coche para gente práctica.
Oriol Sintas. Elmotor.net
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