El Tiguan es sin duda el SUV más clásico de mercado, con un diseño conservador y eso es el secreto de su éxito, no es el número uno en ventas, pero está entre los primeros, a pesar de no disponer de una tarifa tan competitiva como otros, pero es un producto muy completo, que aguanta cualquier comparación con sus competidores y que ofrece un equilibrio que sólo Volkswagen sabe lograr.
La marca alemana buscó en su diseño una imagen campera pero sin sacrificar el confort ni la habitabilidad, es un coche que a pesar de disponer de una buena distancia al suelo, tiene un soberbio acceso al habitáculo y este que es muy parecido al del desaparecido Golf Plus, sorprende por su espacio interior y capacidad de carga, no en vano disponemos de 470 litros de maletero, cifra de las mejores del mercado.
Esta versión R-Line es la interpretación deportiva del todo camino germano, con suspensiones más deportivas, neumáticos de perfil más bajo, llantas de mayor diámetro, y una decoración más racing.
Las plazas delanteras específicas del R-Line disfrutan de una sujección total de nuestra espalda y de un elevado confort, gracias a sus múltiples regulaciones es sencillo encontrar la posición al volante adecuada.
Detrás hay espacio para tres adultos pero la forma del respaldo recomienda más la utilización a duo. Todas las cotas son buenas y el acceso también.
En cuanto al motor, hoy pasa por nuestras manos el tope de gama en Diesel, el archiprovado TDi de 2 litros de cilindrada con 177 caballos, acoplado a una caja de cambios automática de 7 relaciones de doble embrague…. Prueba completa en: www.elmotor.net
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